08 octubre, 2007

Voz silenciada


Voz apenas audible
Rasgando el aire sin ser escuchada
Se respira olor a sangre
A lágrima cansada
Boca destrozada, pómulo carcomido
Tumulto de gritos de uno y ausencia de llantos de otra
Mano que se alza aferrando el martirio
Pupilas calladas, ausentes a la locura
Realidad deformada, acusadora

Voz ausente, silenciada
Llanto intermitente
Es la única testigo del dolor de aquella voz
En las noches vacías

Es negra el ave que reposa herida
En negras aguas turbias

Tristemente
Nunca el armario será santuario eterno
Como jamás los sueños traerán consuelo

1 comentario:

Paula Nájera dijo...

deprimido????

me gusto el primero... para antonia
besos primo